
Los gases forman parte de un proceso fisiológico natural y necesario, se producen dentro de la digestión, concretamente en la fermentación de la fibra en el intestino, pero hay casos es los que se produce sobre-producción que puede ser debido alguna patología de base digestiva, a una mala alimentación o una dificultad de eliminación, y es importante conocer el origen para solucionarlo.
Para empezar, hay que saber qué pasa en nuestro organismo…

Los hidratos y el metabolismo de la fibra en el intestino producen gas, y siempre que su producción y metabolismo se encuentre dentro de unos valores fisiológicos sanos y no produzca incomodidad, ni limitaciones o cambios de tránsito intestinal, es algo bueno y que hay que normalizar. No podemos pretender que desaparezcan en su totalidad o que no nos hinchemos en su digestión ligeramente tras comer ciertos alimentos, como las legumbres, ya que en el proceso de fermentación que se produce ese gas, también se produce alimento para que nuestro colon esté sano.

Lo que no quita, que si te incomodan y te quejas de gas e hinchazón, o tiendes a acumular, sea aconsejable realizar una auto-reflexión y evaluación de lo que comes:

- ¿Comes las cantidades adecuadas de hidratos de carbono? ¿Abusas de ciertos alimentos azucarados y/o grasos? ¿Tomas alimentos sin azúcares que sí debieran llevar? ¿no te mueves lo suficiente?
Si respondes, sí, a alguna de las preguntas anteriores relacionadas con la alimentación, te sería recomendable darla una vuelta y replantear su estructura y cimientos, para ello, puede asesorarte y facilitarte la tarea de despistaje, un dietista-nutricionista, si no encuentras el origen, además será más sencillo de llevar de esa forma los cambios. Porque a veces, más que una patología o incompatibilidad con ciertos compuestos, es una combinación, distribución o cantidad inadecuada de ciertos alimentos.
Pero si tus cimientos de alimentación son buenos y saludables y no achacas a nada en concreto esas distensiones exageradas, dolor de tripa y ruidos, es aconsejable acudir al especialista digestivo para que te evalúe.

Porque existe una alta prevalencia de intolerancias, disbiosis intestinales, sobre-crecimientos SIBO y LIBO, que cursan con distensión abdominal, dolor, ruidos intestinales y gases, cambios de tránsito, diarreas y estreñimiento… y puede ser aconsejable descartarlo. Para ello, como adelantaba, es necesario acudir al especialista de digestivo, y dado el caso de que lo presentes, el que te diagnostique y paute un tratamiento, y que conjuntamente, lo combines con el cuidado también de la dieta, es muy importante. En la parte de terapia dietética somos los dietista-nutricionista los que te podemos ayudar. Por lo general, como terapia dietética, el especialista en digestivo suele derivar al dietista-nutricionista una dieta baja en FODMAPS (te la explico en otro post) pero no es la única vía, no siempre es el acompañamiento dietético adecuado al tratamiento farmacológico es este abordaje, dependiendo el paciente hay más posibilidades, y hay que personalizarlo para una buena respuesta y curación, que el dietista-nutricionista valorará y ajustará en cada caso.
Para terminar, no se puede generalizar, pero hay casos, que en el contexto anterior, como a un primo, vecino o cuñado le han diagnosticado una intolerancia, SIBO etc… y le eliminan ciertos alimentos, y ellos, consideran que les pasa lo mismo o parecido, sin un diagnóstico por el especialista con su tratamiento correspondiente, »cortan por lo sano’’ realizando eliminaciones drásticas en su alimentación sin diagnóstico y acuden a consulta a veces comentando: ‘‘no tolero los hidratos, me hinchan o me dan gases y los he eliminado’’ o eliminado la lactosa, no tomo gluten porque me hincha…». Ante todo, no es recomendable eliminar alimentos o hacer cambios dietéticos agresivos sin un diagnóstico y el apoyo de los profesionales pertinentes, porque no son inocuos, y pueden surgir carencias nutricionales y dietas disbalanceadas también en energía.